sábado, marzo 19

Este sábado, comedor social...

Hoy sábado 19 hemos vivido nuestra primera experiencia de servicio, colaborando con el comedor social La Milagrosa en Santa Cruz, dirigido por las Hijas de la Caridad de San Vicente de Paul. Los nervios y la oración estuvieron presentes durante la mayoría del trayecto, pues nos enfrentabámos a un reto que nos acercaba al más necesitado, haciéndonos crecer como personas en la fe.
Nuestros nervios desaparecieron cuando el comedor se llenó de gente y observamos la necesidad en sus miradas, de inmediato supimos que nos encontrábamos en el lugar idóneo. Quizás nunca hubiéramos imaginado que servir a los demás fuera una acción tan gratificante. En el comedor se escuchaba un gran bullicio, conversaciones entre ellos, charlas, sin embargo la palabra GRACIAS no faltaba en ningún momento, tras servir un plato, llevar un poco de agua o a la hora de despedirse.
Sin duda, nuestra recompensa ha sido la satisfacción de llevar a cabo una pequeña obra de caridad premiada con amor. No sabemos lo afortunados que somos hasta que experiencias como la de hoy nos hacen darnos cuenta que la vida va mucho más allá de nuestros insignificantes problemas, lo tenemos todo y aún así no estamos conformes.
Es cuestión de "ponerse en los zapatos" de aquellos que más nos necesitan para ver nuestra realidad y descubrir la constante presencia de Dios en ella.
Gracias por la oportunidad de vivirlo, por todos aquellos que nos han acompañado y, sobre todo, a todas las miradas agradecidas que hoy recibimos. ¡Regalos del Cielo!
Carmen y Eliana (GUFS Residencia Nazaret)

sábado, marzo 12

¡Alguien me espera!

Una fábula para Cuaresma:
Corría el tren por la vía en busca de las estaciones que se acercaban sin cesar. Entre el bullicio que había en el pasillo, nadie reparó en un joven que estaba sentado con el rostro entre las manos en un compartimiento. Cuando levantaba el rostro, se veían en él las huellas de la tristeza, el desencanto y la preocupación. Después de varias estaciones, un señor mayor que estaba sentado frente a él, se animó a preguntarle cuál era el motivo de su turbación.

"Verá, -dijo el joven- siendo adolescente, era muy rebelde y no hice caso a mi padre que me aconsejaba dejar las malas compañías. En una de esas andanzas mías, en una pelea, maté a una persona. Fui juzgado, condenado a diez años de cárcel y mi sentencia la tuve que pagar en una prisión lejos de mi casa. Nadie me escribió durante ese tiempo, y todas las cartas que envié no tuvieron respuesta.

Unos meses atrás, -prosiguió el joven- cuando supe la fecha de mi liberación le escribí a mi padre una carta. En ella le decía más o menos así: "Querido papá, sé que has sufrido mucho por mi causa en estos diez años. Sé que he sido un mal hijo y que entiendo tu silencio al no querer comunicarte conmigo. Dentro de unos meses voy a estar libre y quisiera regresar a casa. No sé si me estarás esperando, por lo cual te ruego que me des una señal de que me aceptarás. ¿Te acuerdas el cerezo que hay en la estación de trenes? Yo voy a comprar un pasaje que sirva para más allá de nuestro pueblo. Si tú me perdonaste y aceptas mi regreso, te ruego le pongas una cinta blanca a ese cerezo, entonces yo al verlo me bajaré. Si no aceptas mi regreso, al no ver la cinta blanca en el árbol, seguiré de largo y nunca más te molestaré."

Esta es mi historia, señor, y quisiera pedirle un favor. ¿Podría mirar Ud. en la próxima estación si ve el árbol con cinta blanca? Tengo tanto miedo que no me animo a mirar".
En silencio, solo interrumpido por los sollozos del joven, el tren fue avanzando, acercándose cada vez más a la estación asignada. De repente, el señor que estaba enfrente gritó lleno de júbilo:
-¡Joven, joven, mire! Alzando los ojos surcados por las lágrimas, el joven contempló el espectáculo más hermoso que podían ver sus ojos. El cerezo no tenía una cinta blanca. Su padre lo había llenado entero de cintas blancas, pero no solo él, sino todos los árboles del pueblo estaban llenos de cintas blancas. ALGUIEN SIEMPRE LO HABÍA ESPERADO.

lunes, marzo 7

40 días con los 40 últimos

Otra propuesta para la Cuaresma... seguirla día a día, en comunión con aquellos que más nos necesitan.
www.40ultimos.org

sábado, marzo 5