jueves, julio 9

LOURDES!

Durante cuatro días LOURDES nos ha brindado la gran oportunidad de vivir en primera persona las palabras del Señor en las que nos dice que “el Hijo del hombre no ha venido a ser servido sino a SERVIR”. Durante estos días, el servicio fue nuestro principal quehacer.

Centenares de personas -jóvenes y no tan jóvenes- estuvimos a la máxima disposición de aquellos que más nos necesitan: enfermos, drogadictos, ancianos....aquellos que aún hoy siguen siendo víctimas de marginación y rechazo en nuestra sociedad.
Juntos, como una gran familia, hemos compartido momentos inolvidables en los que las palabras seguramente se
quedan cortas para explicar lo sentido. Juntos hemos cantado, bailado, reído...y lo mejor y más maravilloso de todo: hemos rezado, hablado, escuchado, recibido al mismo Dios. Sí, al Dios que tú rezas; a nuestro Dios que cada día nos acompaña y tanto nos quiere.Muchos momentos, y de manera especial aquellos que uno menos se esperaba, se iban tornando oración. No cabe duda de que Dios está presente en cada momento de nuestra vida, constantemente nos habla y pacientemente espera a que le escuchemos y le dejemos entrar. A través de estos cuatro “aspectos” que forman “El camino de Bernardette” -discernir la vocación; la vida de la Iglesia; la Eucaristía y el servicio- y que el Santuario nos ofrecía para rezar y reflexionar, hemos podido acercarnos y admirarnos un poco más, teniendo siempre a María como mediación, de lo maravilloso que es Nuestro Señor.
MUCHAS GRACIAS!!






4 comentarios:

edith stein dijo...

En Lourdes, el que va a servir es, el final, el que es servido! Es la fe de los enfermos la que nos cura de nuestras mediocridades y superficialidades... ¿Puede haber mayor milagro?
¡Gracias, Señor, porque realmente en nuestras debilidades resplandece tu Gracia... la única que nos hace fuertes!

annarita dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
annarita dijo...

Realmente ha sido mucho el calor y la fe recibida por los enfermos...hablando con ellos descubrimos que muchos han tenido vidas muy duras donde se le ha hecho presente el Señor ayudándoles a superar las dificultades, y que alguno de ellos ha estado muchos años a Lourdes para servir. Ahora para ellos es el momento de ser servidos y siempre tienen una buena palabra y un "gracias" para todos y para todo.

Ariadna dijo...

Fueron unos días de ponerse totalmente al servicio de los enfermos y ancianos. No sólo acompañándolos de un sitio para otro sino escuchando y mostrandoles nuestro cariño, que es quizás, lo que más necesitaban. Su fe y su alegria pese a estar sentados en una silla de ruedas o no poder casi hablar me ha enseñado mucho. Verdaderamente el que sirve es finalmente el que es servido!!!