domingo, octubre 25
jueves, octubre 22
sábado, octubre 17
viernes, octubre 16
Que las palabras estén vivas...
¿Cuántas palabras has dicho o escrito hoy? Tal vez un correo. O has cambiado tu “estado” en tuenti. O en el tablón de un amigo has puesto un comentario. Quizás alrededor de un café has hablado de tal o cual persona, has compartido consejos, has intercambiado ideas. O has hablado por teléfono con tu madre, que, más allá de las palabras concretas, en cuanto oye tu tono de voz sabe si estás bien o no… Ahora mismo estás asomándote a este artículo, en el que, por cuestión de espacio, las palabras están contadas (medida idónea: unas cuatrocientas cincuenta)
Vivimos saturados de palabras. Nos asaltan desde las canciones, están en los perfiles virtuales, en libros, en mil y una conversaciones.Hablamos, decimos, escribimos, escuchamos, leemos… Algunos, por las situaciones concretas que nos ha tocado vivir –escribir, leer, predicar-, estamos aún más metidos de lleno en ellas. Y de tanto usarlas, tal vez puedan perder el sentido. Empiezas a darlas tan por sentado que no te das cuenta de lo mucho que significan. Entonces hablas, pero no vives.
Y puede que se te llene la boca con palabras como “alegría”, “amistad”, “fe”, “hermano”, “evangelio”, “amor”. Pero, quizás, un día te das cuenta de que la alegría no es tan profunda, que eres un amigo pésimo, que tu fe vive de rentas o que el amor es solo la letra de una canción.
No quiero sonar dramático ni tremendo. Es solo que a veces asusta convertir la palabra en cháchara.
Hay circunstancias en la vida que te enfrentan, de golpe, con el verdadero sentido de las palabras. Situaciones en que lo auténtico no se puede camuflar, lo superficial se desmorona y emerge la desnudez de lo real. Y aunque asusta y quizás duele pensar en la vida en serio, también tiene bastante de oportunidad. Es la ocasión de callar, de silenciar la palabrería, de dejar de abusar de versos gastados… para retomar la palabra sincera. Para recordar que la vida no es un juego. Para que cuando vuelvas a pronunciar, con delicadeza, palabras hermosas… como es un “te quiero”, lo puedas hacer consciente de la belleza, la hondura, la promesa y el compromiso que hay detrás.
Un último apunte, desde la fe. Decimos que Jesús es la Palabra de Dios. Una palabra que prescinde de falsedad o vacío. Una palabra viva y vivida. Pues también desde la fe, y quizás con minúscula, nosotros podemos ser palabra de ese mismo Dios en este mundo. Una palabra de amor.
José María R. Olaizola, sj
jueves, octubre 15
sábado, octubre 10
2010... nos vamos a África
El sábado 10 de octubre nos hemos reunido un grupo de universitarios en La Laguna (TNF) con el propósito de plantearnos una experiencia de fe, compromiso y servicio en el Tercer Mundo. Queremos "salir de nuestra tierra" y hacer realidad un viaje interior y exterior al Cameroun en el verano de 2010.
EN MARCHA! y con ganas de prepararnos para hacer que esta experiencia sea realmente crucial en nuestra vida!
jueves, octubre 8
ESTOY A LA PUERTA Y LLAMO
Tú Señor como cada día tocas en mi puerta con energía, sabes que estoy ahí, me siente y me ves, pero no siempre las puertas que tenemos soN las adecuadas y te vamos dejando fuera.
Hay puertas con candandos, cuyas llaves no sabes nunca el porqué, PERO terminan por perderse y ya comienzaN las dificultades cuando quieres intentar abrirlas.
Hay puertas tenebrosas, como la de las películas de miedo a las cuales no te gusta acercarte y además son las que llenan de telerañas.
Pero, también encontramos puertas discretas, de las que no llaman para nada la atención, las vemos a simple vista, pero están ahí.
Nuestros corazones podrían llegar a tener alguna similitud con algunas de estas puertas.
Corazones cerrados con candados que no dan ninguna posibilidad para entrar, corazones tenebrosos, llenos de las telarañas que nos oscurecen y que no nos dejan ser como Tú esperas de cada uno de nosotros, que afean nuestra vida, y finalmente podemos encontrar esas puertas discretas, llenas de una luz especial, de esa luz que confía plenamente en Ti, que espera pacientemente y sin desesperarse ante las dificultades y que sabe que sólo a tu lado todo sale.
Cada uno de nosotros tienen en su corazón la posibilidad de abrir las puertas de nuestra vida, abrirlas al que cada día llama insistentemente y que no le importa esperar, porque Tú tienes la llave que abra todas la cerraduras y sabes que tarde o temprano se abrirán de par en par para acogerte.
¿Y TÚ, QUE TIPO DE PUERTAS TIENES EN TU INTERIOR?
sábado, octubre 3
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