Hace unos días, pudimos disfrutar de una jornada muy especial. Una jornada donde 130 jóvenes pudieron compartir un momento de encuentro.
Lanzarote fue el luegar escogido, lugar donde la fe, la entrega y el testimonio se unían para enseñarnos a cada uno las claves que nos ayudan a conducir nuestra vida.
Conducir quiere decir, estar atento a las circunstancias, a las situaciones, a las dificultades. Significa saber usar correctamente las luces de posición, de corto y largo alcance, saber reconocer las señales del camino, la velocidad adecuada en cada momento y sobretodo aprender que en los momentos de parada, la reflexión es importante para poder volver a emprender la marcha con la fortaleza suficiente para poder llegar a la meta.
Gracias a todos los que formaron parte de ese encuentro, porque gracias a cada uno el testimonio, La Palabra cayó en tierra, cayó para dar fruto y ahora toca desde nuestras realidades saber cuidar para hacer fructificar.
2 comentarios:
Esta es la gran noticia, ser testigo de este encuentro VALE LA PENA!
¡Qué suerte poder conducir la propia vida... y llevarlo a Él de copiloto! ¿Se puede pedir más?
Publicar un comentario